Dificil ser "feo"

Como un juego de naipes extendido sobre la mesa de juego de un casino, así son las posibilidades para mejorarse el físico en estos tiempos que vivimos y sobre todo, en esta mi ciudad. Aquí ser “feo” es difícil
Desde intervenciones que eliminan costillas hasta bolsitas que redondean lo que la naturaleza previó plano; desde inyecciones que rellenan hasta cuchillos que eliminan; desde tatuajes delineantes hasta narices esculpidas. Y este es solo el principio

Desde centros comerciales cada 7 millas con lo que se les ocurra para cada bolsillo, hasta el poder adquirir lo deseado con un click sobre el mouse si estas aburrido y no quieres salir. Desde cremas de todo tipo- Antioxidantes, anti inflamatorias, anti -ojeras, anti celulitis, anti-gravedad, antihumanas, pro flings, pro materialismo, pro fisiquin, pro músculos, pro “penis enlargement”, pro “vagina tightening”, pro deshumanizantes- las cuales no funcionan a veces pero muchas otras si, hasta cualquier tipo de producto para volarte las rosquitas que el exceso de gula o la pereza permitieron, no se entiende ni como ni cuando ni por que! Desde dientes blanqueados a la fuerza y no por higiene, hasta ojos de diferentes colores para que jueguen con el traje del día.

Desde bronceados perfectos logrados en un cuartito sin que te pegue sol, hasta pieles lisas y perfectas como melocotones donde la existencia de un pelo es catastrófica y ofensiva. Desde estiradas discretas de colgajos bien ganados hasta caras planchadas donde no puede darse ya ni el más leve esbozo de una buena sonrisa. Desde maquinas infernales donde se invierten horas cada día para mantenerse o deshacerse, hasta menjurjes de lodo, colágeno y otras cosas impronunciables para ser aplicados donde sea.

Desde cabellos impecables que la brisa no osaría despeinar jamás, hasta maniquíes andantes con piernas de carne y hueso pero sin materia gris y aparentemente, mucho menos alma. Desde aceites maravillosos que desparecen arrugas, hasta lipglosses que provocan ideas lujuriosas; desde parafina para rejuvenecer las manos, hasta gelatinas para reafirmar las nalgas; desde pastillas para adelgazar o mantenerse con diarrea hasta pastillas para abortar si has tenido un descuido no sea que “algo” venga a arruinarte el cuerpo y además la vida. Y tarde o temprano todos caemos en algo, en mucho o en todo y nos gastamos completos por conseguir una nada.

Y como camisón que fue olvidado delicadamente en la silla de un baño después de una noche de placer vacio, algunos somos arrojados al bote de basura por ajados, viejos y gastados, otros somos usados por novedosos, intrigantes o fáciles, pocos reconocen que hay algo mas adentro, nadie se detiene a ver que es lo que realmente sueñas, todos se doblegan ante el materialismo, muchos consideran que todo es desechable , cualquiera logra la apariencia perfecta, varios olvidaron que somos mas que eso, ninguno sabe que lo que llevas dentro, la mayoría se vende en banalidades y compra lo que sea por un poco mas de tiempo y cada uno va transcurriendo por la vida enredado en el arte de ser “bello” olvidando la sabiduría de intentar dejar huella.

Nada es imprescindible.
Todo es sustituible.
Aquí es difícil ser “feo “ pero aun más difícil, mucho mas difícil -sino imposible- mantenerse humano después de haber apenas cumplido los diez y siete.