Hay una palabra que nadie dice o bien una palabra que todos evitan decir y mucho menos vivir: Fracaso.
Y me pregunto por qué tememos tanto a siquiera decir la palabra “fracaso”?. Y si fracasamos, qué? Y en todo caso, en qué consiste el fracaso?. O, entonces, en que consiste su antónimo.
Y allí si, allí la palabra éxito se escucha por doquier, se ha escrito tanto sobre qué es el éxito y se mastica, se digiere y sabe a miel.
“Aaah es que ella es exitosa” dicen por allí…- .” Ah si? Y cómo es exitosa? Po rque tiene dinero? Por que todo el mundo la alaba? Por que es bella? “ - y lo que guarda su corazón, que? Y si nos atrevemos a juzgar a alguien duramente, decimos: “- es un fracasado”-. Pero lo decimos muy quedito no vaya a ser que nos alcance a nosotros mismos; lo decimos como con vergüenza, con temor aunque sepamos que ambos al final dependen totalmente de lo que uno considere como valor
La verdad es que tanto uno como el otro están presentes en nuestras vidas y existen y se dan tanto como nuestra propia y característica imperfección y aun así, ninguno de los dos es rotundo, ninguno terminante, ninguno absoluto y sobre todo ninguno de las dos describe lo que somos o hemos sido. Lo que puede ser considerado para unos como éxito, quizás para otros sea un fracaso total. A veces ganamos y a veces perdemos.
Yo, por ejemplo y digo esto aquí sin miedo y casi sin vergüenza, fracase hace poco rotundamente en una empresa que para mi era importante… vital. Y no la logre. Me sentí avergonzada y triste y con cólera; no se ni como logre erguirme y salir adelante pero se que al mismo tiempo unos dirán que tuve éxito por haberlo intentado y por lo ganado de acuerdo a los cánones de otros más sabios. La verdad de las verdades es que fue un somatón de padre y señor nuestro pero y que? No soy peor ni mejor por ese resultado, sigo siendo yo con un poquitín de más experiencia y primero Dios, sabiduría.
También acabo de fracasar en otra relación en mi vida, tal vez en aquella donde más empeño puse; duele inmensamente saber que he perdido; pero gano ahora en la aceptación de haber perdido. Y al escribir esto me pregunto que es entonces ganar y si quiero ganar nada al costo de lo que se paga Y la respuesta es NO , pero nadie nos pregunta y toca entonces fracasar, y toca entonces a veces, alcanzar un éxito intangible.
Yo no hubiera querido ni ganar ni perder. Hubiese querido algo más, pero no toco. Si fracase o no, no lo dirá la historia y si sí fracase, pues que así sea.
Aquí aprendemos todos a luchar por lograr lo que la sociedad impone, y lo impone de tal forma que no nos damos cuenta porque lo bebemos desde los primeros pasos. Y por supuesto que qué satisfactorio es ser reconocido, tener estabilidad, ser admirado, seguido, “respetado” pero nunca al costo de olvidarse de uno mismo o de los demás.
Así que ya habiendo vivido más de la mitad de lo que seguramente me corresponde quiero al dormir sentirme tranquila al saber con certeza que fracase si pero lo logre también porque no tuve propiedades, pero tuve amigos, no tuve acciones pero tuve hijas que me amaron, respetaron y estuvieron a mi lado; no tuve títulos pero llegue a tener paz interna y no tuve certificados en el banco pero tuve mis instantes de alegría que supe vivir con dignidad y que tuve si, la certeza de haber vivido sin dañar, sin abusar, sin tomar lo que no era mío, sin regalarme ni venderme y que esto que en silencio y soledad que hoy saboreo entre mieles y hieles dore mi otoño.
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