Con la debida autorizacion y todo el carino y respeto que mi amiga merece, copio aqui, sus pensamientos después de un ano igualmente muy difícil. Que la ultima linea pese siempre mas que todo!
Reflexiones 2010
Hoy, a punto de terminar este año, quiero aprovechar este momento de paz, en este lugar espectacular, para reflexionar sobre lo aprendido. Es a modo de testimonio que quiero dejar en papel lo que quedó en mi corazón para no repetir, para ver a tiempo, para reconocer. Los errores cometidos no lo fueron tanto si dentro queda algo que me haga mejor.
1. La realidad que vivo no es la misma para todos. Lo que veo, siento y vivo es solo porque viene de mí. Es para mí. Es mío. Esa realidad es distinta para quien tengo al lado; para mi hermano, para mi pareja, para mi hijo. Nuestros propios filtros nos hacen vivir el mismo momento de forma distinta. Esto no quiere decir que me vaya por la frase de “hay dos lados de la moneda”. La moneda es la misma. Lo que nos hace verla distinta es lo que tenemos en el corazón. Una historia de amor mágica hay que asegurarla, preguntar mil veces si es lo mismo para los dos; si las cosas cambian en dos segundos, la historia se vuelve de horror. Esta realidad hermosa de luz, color y aire limpio puede ser el momento más mágico de mi día, pero a lo mejor alguien está viviendo lo mismo y siente amargura. Hacemos nuestra propia realidad, construimos nuestra vida sin darnos cuenta que no hace falta nada ni nadie para mejorarla o empeorarla. Lo que tengo en el corazón y en la cabeza hacen que de mí salga lo que quiero ser, lo que quiero vivir. Es mi opción hacerla buena o mala.
2. Las mentiras solo existen para quien las dice. Qué importa lo que los demás piensen si nosotros vivimos en una fantasía? No importa nada. Esa mentira solo nos marca la cara como indio piel roja. Podemos acumular mil marcas en la cara, y llenar nuestro cuerpo con mentiras negras, blancas, rosadas piadosas. Al final los demás no verán lo que somos sino todas las mentiras que vivimos. Puede ser que dentro de nuestras cabezas locas pensemos que estamos haciendo bien a alguien, que estamos justificando nuestras acciones, o que estamos haciendo las cosas más fáciles. En realidad estamos haciéndonos la vida más difícil. De nuevo, esta es una opción.
3. Cada gota de amor cuenta. Cada gesto amable acumula. Cada acción positiva deposita. En la frustración de una respuesta negativa podemos pensar que damos más de lo que recibimos. Probablemente dimos más, pero no nos hace menos. Una sonrisa puede cambiar el día de alguien. Una palabra amable puede ablandar el corazón de todos. Un cariñito en la espalda, un apretón de manos, una sorpresita agradable no nos quita nada y por el contrario, por esa cuestión del karma, nos regresará en abundancia de otra manera. Dejamos amor regado por ahí, para que germine en algo, en alguien. El corre y corre de todos los días podría ser corre y siembra. Y si por casualidad alguien se aprovecha, bien por él. Y si por casualidad no es bien aceptado, mal por él. En el fondo de nuestra naturaleza humana esa persona sabrá que perdió en lugar de ganar, y nosotros siempre habremos ganado. Lo mismo pasa al revés. Si recibo un gesto amable y decido aceptarlo solo borraré de mi corazón algún pedacito de dolor. Si decido no recibirlo, ese pedacito quedará igual. Dejé este año un certificado de depósito bastante voluminoso de amor, estoy convencida de que tengo asegurada la pensión. De nuevo, opción.
4. La familia no es opcional. Los hijos a pesar de ser criados con amor, tienen derecho a tener su propia opinión. Los hermanos pueden juzgarnos como el más implacable juez de corte. Llenaremos en mayor o menor cantidad las expectativas de nuestros padres. Podemos frustrarnos o seguir intentando. Mis hermanos y mis padres ya podrán juzgar, criticar y tengo que darles la oportunidad de conocer quien realmente soy. Espero que les guste. Lamentaré mucho si al final no podemos darnos un abrazo y aceptarnos porque sí, porque somos y porque valemos así, naturales y sin mentiras. Lo más importante es que la mejor versión de mi quede en mis hijos. Amo a mis hijos, cada uno en su peculiaridad propia es único, irrepetible, y lleno de potencial para ser grande y para hacer cosas grandes. Solo pido tener el tiempo para verlos. Vida para disfrutarlos. Espacio para dejarlos ser. Sabiduría para saberlos guiar. Mi único legado son esas tres personas que sin saberlo han sostenido mi vida.
5. La vida se hace de ratitos. Como diría Juanes, la vida es un ratico. La felicidad no es eterna, es de segundos. Los viajes en montaña rusa duran eso, un viaje. Los dolores de corazón pueden volverse eternos. Esta es una lección que no es lección. Es un pendiente. Cómo hacer para que la balanza cambie y la felicidad se alargue. Como hacer para que el dolor no se sienta tanto y se haga minúsculo. Creo que es otra opción! Seguro que sí.
6. No hay nada más delicioso que atreverse. Tomar riesgos, romper el molde, salirnos del rebaño. No quiere decir que nos volvamos rebeldes sin causa. Solo quiere decir que la rutina puede ahogar impulsos que al final nos pueden llenar tanto! Correr riesgos nos deja ver de qué estamos hechos. Este año he sido muy valiente, me he probado a mi misma que soy muy fuerte. Mis hijos dicen Gladiadora, luchadora. No me lo había creído tanto como este año. Sí, tengo una armadura que no sabía que tenía. Claro que si se abre un pedacito del metal, hay un pudín dentro, pero escojo que sea de chocolate y reto a un valiente a probarlo.
7. Un error imperdonable se perdona con amor. Los golpes más duros de la vida, lo inimaginable, lo imborrable puede perdonarse. No es falta de auto estima, no es tontera, no es cegera. Cuando se ama totalmente, se puede perdonar y queda en la madurez de cada ser, crecer fuera del error y superar cualquier tabú. Este año perdoné sinceramente, creí profundamente, crecí en eso y aunque fui tachada de tonta ingenua, sé que era lo que mi corazón podía dar en ese momento. Escarbé y encontré que soy más fuerte que un error, que soy mas fuerte que una crítica. A lo mejor se aprovecharon de mí. A lo mejor fue un tiro al aire. Pero fue mi opción y la tomé.
8. En los momentos de más dolor aparecen los cuervos disfrazados de amigos, o mejor dicho, los cuervos que creemos amigos. Aparecen también cuando hemos cometido un error, que en realidad puede cambiarnos la vida, y nos llenan la cabeza de basura. Nos ayudan a justificar lo injustificable, claro, por nuestro bien... el de quién quisiera saber? Hay que mantener los ojos muy abiertos y aprender a distinguir a quien nos quiere bien de aquellos que nos quieren, pero nos quieren mal.
9. Las apariencias sí engañan. El instinto nos puede gritar en la cabeza pero los ojos a veces nos engañan. El impulso nos trata de alejar del peligro, pero una mentira nos enfrasca en una telaraña tal, que dejamos de escuchar y nos vamos, nos damos completos por el camino equivocado. No quiero jamás caer en el camino de la desconfianza eterna, pero aprendí que un poco de cautela y precaución, sobre todo cuando se enciende esa luz roja en el fondo de la cabeza, no caen nada mal. Escucha a tu corazón primero, siente con el cuerpo la alarma y luego decide con la cabeza.
10. Siempre hay algo más. Siempre hay esperanza. Siempre hay una ventana. Siempre habrá una mano amiga sincera. Siempre hay luz. Ningún dolor es eterno. Ningún amor mata. Nadie tiene derecho a destrozar la paz. Nadie es más grande, ni más fuerte, que la voluntad que llevo dentro, de ser feliz
www.anclasenlospies.blogspot.com-Mariel Alvarado