Les digo míos por que los siento míos

desde hace tanto tiempo me han acompañado!

Cuando en el otoño escucho caer esas bellotas sobre este techo que hoy día me cobija,

pienso que tocan a la puerta para despedirse y lanzarme un hasta pronto

para cuando vuelva de nuevo la primavera ensayada

 

Los veo y los siento míos y los pienso míos y los amo míos

su frescura limpia es lo que  siempre busco,

su silencio callado que susurra secretos

y que me rodea de sombra y que me presta consuelo

Su tronco firme y seguro, qué amigo mas verdadero y constante este que tengo!

con sus ramas columpiándose me cuenta historias bonitas

y me canta canciones pulsando el viento con sus hojas

y me mecen despacio cuando la tormenta arrecia

y en las tardes de lluvia, las gotas resbalando, musitan un mágico sonido

que me envuelve y adormece y que pinta de verde el gris que me rodea

 

Y en su raíz encuentro la razón de la existencia, la razón de creer, la razón de confiar

y también como yo se visten de rosados, se visten de adioses y se visten de esperanza

 y esperan con dignidad el escape del tiempo o el final de la una historia que ya se había contado

y como yo con cada invierno, se quedan más secos y mucho más perdidos y parecen desolados

y se miran tan solos, tan solos rodeados de los otros!

y sorpresivamente cuando ya no hay mas nada  y parecieran quebrase

se asoma una briznita  cargada de promesas

y en un cierre de pestanas se yerguen de nuevo

se visten imponentes, fuertes,  seguros, constantes

Nos muestran que todo florece de nuevo

y que el perecer  subjetivo pertenece a una etapa

y desvanecen la muerte frente a nuestra vista

 

No hay sombra, ni frescor, ni musa, ni susurro

como el de ellos los míos, mis arboles queridos!

donde quiera que voy mis fieles aparecen

de diferentes formas pero siempre presentes

y me cuentan de la vida y me ensenan esperanza

y con un soplo de aliento  me invitan a que camine 

a que abra mis ojos

a que respire futuros

a que confíe de nuevo, 

a que me llene de sabia,

 a que me bañe en rocío

y me perfume de verde;

me invitan sin palabras pero con verdades eternas

a que dance despacio bajo sus dulces ramas,  

 a que pise segura sobre sus raíces ciertas

a que abrace su tronco firme y sincero

a que escuche la vida y me llene de ella!