Un par de mancuernillas con iniciales amadas
y otro par menos valioso
manchado de pasiones y sudores compartidos;
un anillo sagrado de una mano protectora
suavizada con ternura y repleta de sostén;
un retrato de un joven perdido en el pasado
de mirada profunda y enigmático futuro
ajeno a la desidia con que se adornaría un día
y al desgaste de tiempo con que fraguaría la vida,
y una ventana al mundo que no es vida profunda
ni lazo que sostenga, ni compañía que limpie
yacen todos juntos esperando el retorno
al lugar transitorio adonde pertenecen
que marcado con fuego se escapo de mi haber
Y el trueque obligado que el honor siempre exige
se dará en el instante en que este nido se abra
y se cubra de nuevo con confianza y futuro
y el caminante cansado con las manos vacías
cargará con su alma y con un triste vacío
y reuniendo sus bienes con necedad destructora
y continuará ese camino y perderá mis instantes;
y este pájaro herido extenderá sus alas
con tímida esperanza elevará su trino
se lanzará de nuevo, jugara con el viento
y sobre un cielo infinito será libre por fin.
Beatriz Illescas
No comments:
Post a Comment