Llego al aeropuerto, mi pierna aun me falla por lo que decido esperar en el “parqueo de las banderitas”. El dia esta radiante…yo no tanto… Mi hija no puede, no debe verme asi, hoy la vida me cobra mis errores y se me notan en cada arruga debajo de la mirada que me devuelve el espejo del carro.
Saco cosméticos, me enrollo un tubo en el fleco, como puedo me recojo el pelo mojado, pongo mi música, la de este momento – “Nothing lasts forever” y mientras la escucho una y otra vez, empiezo a ordenar el carro mientras la espero. Recojo papeles, ordeno discos y papeles y reviso el celular .
Delante de mi, un hombre de mediana edad, con cierto aire atractivo y feliz, como cosa rarísima, esta sentado en una de las bancas que se hicieron para fumadores y que ya casi nadie usa , y se le ve disfrutando casi con deleite el sol y la tarde espectacular de este noviembre en Miami.
Bien por el! …Va una!
Cada quien sigue en lo suyo; yo, ordenando el carro, el , disfrutando la tarde. A escasos diez , quince metros, la urbe del aeropuerto recibe, entre otros, a todos los que van de regreso a sus hogares después del Día de Gracias; el ruido, el gentío se asemeja a un huracán de colores en pleno movimiento. Esta chiquita mía sabrá encontrar el camino hasta este parqueo pues yo de aquí no me muevo.
De repente, un toque en la ventanilla; volteo y allí parado esta el de la banca. - Disculpe, pregunta- que hora es? Abro el cel, lo separo lo suficiente para leer los numeritos y le digo con señas que son las dos
Me explica que tiene un avión que tomar y que solo quiere corroborar la hora para no perderlo
Bajo el vidrio un poco más amable.
Me pregunta, a qué misión pertenezco. (Seguro vio las placas del carro) A Guatemala –respondo-…y asi, cambia de idioma y entablamos una conversación ligera que gira en torno al clima, a nuestras ciudades, a nuestros trabajos bastante similares y a algo que suena como a “ la belleza de las cónsules de Guatemala que viven tan lejos de New York”. Pero esta vez la movida no molesta, es sutil, gentil y llena de picardía suave y simpática. Además va solo de paso, no es ningún peligro en realidad. Me obligo a recordarme que todavía existe la amabilidad y me esfuerzo por no sentir ninguna desconfianza. Me habla del frio de New York, de sus hijas, y se presenta finalmente con su tarjeta; yo, veo su nombre y leo: Jonas!
Suelto una carcajada sin poder contenerme, al ver su sorpresa le explico,- cuando estaba esperando a mi ultima hija tuve un sueño, oí la voz Todo poderosa de Dios que me decía que tendría un hijo varón y que debía llamarlo JONAS! Le cuento cómo, siempre desobediente y rebelde, había protestado en el sueño y cómo en ese momento me había dado un gran calambre. Luego termino contándole que en su momento había tenido a una “Jonasita “ a quien llame Isabel. Le hace mucha gracia…. E inmediatamente me suelta- Se da cuenta la enorme responsabilidad que ha caído sobre mis hombros???. Ahora DEBO quitarle – en nombre de todos los que nos llamamos Jonas- ese rechazo hacia mi nombre…
Me saca otra sonrisa…
En eso me doy cuenta que continuo con el tubo puesto en la cabeza, me volteo e intento quitármelo disimuladamente! Como es posible ser tan ridícula????????? “Disimuladamente” después de tenerlo encasquetado sobre mi frente por mas de 10min???? Yo, que no salgo ni a Publix en fachas, a que horas no me fije en el detalle??? Es justo reconocerle que ni el mas mínimo pestañeo delata en el que se haya dado cuenta ni del tubo ni de mis esfuerzos por mantenerme digna al darme cuenta! Van dos.
Me dice que debo ir pronto a New York, yo le digo que pediré las Naciones Unidas como próxima misión! Sonrío de nuevo. Sabe que esta jugando, pero sabe que no tiene por que hacerlo. Es de lo mas extraño. Este tipo de cosas no suceden en este monte cosmopolita. Menos de un brasilero, medio neoyorkino de paso por Miami en un parqueo al aire libre. (Habrá notado mi mirada de tristeza?)
En fin, no puedo dejar de felicitarlo por saber disfrutar y apreciar todavía un día como el que tenemos frente a nosotros y luego por ser tan extrovertido
Se sonríe con sonrisa dulce y picara y me cuenta ( no sin antes darse el chance de de cantar suavemente trozos de la Chica de Ipanema (con una muy bonita voz)) -” Un poeta brasileño que inspiro al autor de la Chica de Ipanema dijo...
“La vida, amiga, es el arte del encuentro””
Van tres
Saluda y se va con el viento despeinándole el cabello que aun le queda. Para mi, hoy con el, no importa si es un asesino en serie, un mujeriego cantineador, un depravado loco, un activista de los derechos humanos o simplemente un enamorado mas de la vida; hoy, para el ,conmigo, su sonrisa que llega a los ojos, su voz cantando suave, su acento arrastrando las vocales y su necesidad de hablarme , de un segundo a otro me devolvió mi alegría manchada por un descuido reciente y una desgana imperdonable, y por arte de… polvo de hadas quizás???, dejo de ser menos que “estadísticas vitales” y paso de nuevo a ser un alguien cualquiera por quien desear detenerse.
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